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Alcanzamos el primer punto de inflexión

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      La dinámica seguida durante esta primera unidad se repitió en las posteriores, introduciendo nuevos personajes, seres vivos, segmentos del mapa y localizaciones. Las actividades en el aula han estado siempre contextualizadas dentro del juego, de manera que se les añadía un pequeño factor lúdico y un más alto componente motivacional.          Durante el primer trimestre exploramos un total de dos segmentos del mapa, con todas sus posibilidades y las interacciones programadas con el contenido curricular. Los ejercicios en clase siempre otorgaban recompensas en el aula, las veces que se pidió hacer algo en casa fue de manera voluntaria y con un reconocimiento acordado con antelación. Y los exámenes tenían esa idea de recoger la vivencia al final de cada segmento de la aventura (cada unidad del libro).        Antes de realizar el último de estos exámenes, todo el grupo de aventureros llegó a un acuerdo: si conseguíamos aprobar el examen sin que ni siquiera uno suspendie

El Oasis

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              Tras nuestro enfrentamiento con los esqueletos decidimos encaminarnos hacia el oasis cercano, para recuperar fuerzas y tomar nota de todos nuestros descubrimientos hasta el momento.           Era el momento de escribir lo que habíamos aprendido para que quedase recogido y poder utilizarlo en situaciones futuras. Al finalizar, aquellos exploradores que fueron capaces de expresar su trayectoria mejor serían los que obtendrían mayor reconocimiento.                 Fusión con el aula: realización del examen de la unidad. Todos aquellos que aprobaron el examen, tuvieron una recompensa en forma de puntos de experiencia, mayor o menor en función del resultado. Este premio representa la mayor implicación en el desarrollo de la aventura, que no es otra cosa que el trabajo en la materia.  Aquellos que no lo superaron, recibieron una penalización en forma de pérdida de puntos de vida, justificado por la necesidad de recuperarse de las heridas sufridas tras la batalla

El esqueleto

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ENTRADA 7               Tras un tiempo investigando las tierras de los alrededores, decidimos acercarnos al enorme esqueleto y analizarlo. Al principio fue un poco aburrido, sólo eran huesos muy grandes.         Pero, para sorpresa de todos, había ocultas bajo la sombra del cráneo unas curiosas criaturas moviéndose y observándonos desde lejos.             Parecían estructuras óseas similares a los dinosaurios que conocemos de nuestro mundo, pero de menor tamaño. Lo que nos extrañaba fue que eran sólo esqueletos, no había sistemas de órganos ni piel y sin embargo se movían sin descomponerse.             En ese momento la curiosidad de las criaturas se convirtió en agresividad y nos vimos atacados repentinamente. Decidimos agruparnos en nuestros equipos, separarles y hacerles frente de una en una.             Fusión con el aula: por turnos, cada grupo dentro del aula hacía frente a uno de los esqueletos.          La dinámica con

Nuevos seres vivos

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         En nuestros viajes nos hemos encontrado con dos especies de seres vivos con un comportamiento único. Aún no hemos decidido cómo llamarles y seguimos intentando comprender cómo interactúan con nosotros, pero hasta ahora sus reacciones no han sido amigables.         Nuestro primer obstáculo al enfrentarnos con la fauna han sido unas aves de un tamaño considerable con una vista muy aguda, un oído muy fino y, como algunos vamos comprobando, unas garras muy afiladas.        También nos hemos encontrado con unas raíces que salen del suelo y nos intentan golpear en ciertos momentos, llamadas por alguna fuerza que desconocemos.       Por último, nos estamos percatando de que el terreno es inexplicablemente irregular. En ocasiones parece que estamos caminando por un llano y de repente un pequeño obstáculo nos hace caer.         Fusión con el aula: los tres peligros responden a tres comportamientos de los alumnos.          Cuando

Los rápidos

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        La única manera de descender que vemos viable es aprovechando los rápidos.  Con nuestros grupos, buscamos la mejor manera de bajar y nos ponemos en camino.        Durante varios días, vamos avanzando hacia el sur siguiendo el camino con el objetivo de alcanzar el enorme esqueleto.          A nuestro paso vamos observando la flora y fauna que nos rodea y comparándola con la que hemos dejado en la Tierra. Vamos recordando todo lo que sabemos y adquiriendo nuevos conocimientos mientras continúa nuestra exploración del nuevo territorio.          Relación con el contenido curricular: el descenso por los rápidos es una dinámica por equipos. Los jugadores deberán realizar los ejercicios designados siguiendo las instrucciones del libro y evitando en la medida de lo posible los errores. Cuando llegue el momento de la corrección, el equipo que menos errores acumule en total será el que mejor se habrá manejado en el descenso y obtendrá mayores recompensas.

Primera experiencia con el mapa

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               Al salir de la cue va nos encontramos con un paisaje que se extiende mucho más de lo que alcanzan a ver nuestros ojos. La salida queda en lo alto de una ladera con una pendiente pronunciada. Una corriente de agua se precipita abruptamente por un lado, pero una segunda serpentea por o tro camino formando rápidos en su descenso.                Centrándonos en lo más inmediato, hemos encontrado diferentes elementos que resaltan a nuestro alrededor y hemos empezado a pensar en nuestro siguiente paso.               Nos ha llamado la atención la presencia de un gran esqueleto, ocupando un fragmento importante de nuestro campo visual. También hemos encontrado que hay un camino visible que atraviesa ondulante el desértico paisaje. Esto nos lleva a pensar que existe algún tipo de civilización que lo ha creado y lo utiliza.             El lugar del que partimos tiene abundancia de agua, pero prevemos que no habrá más hasta que no alcancemos el oasis que vemos mu

La entrada en el nuevo mundo

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        Nuestra aventura comienza al pie de una montaña, justo donde el frondoso bosque se retira dejando paso a la escarpada ladera. El camino nos lleva a la boca de una cueva. Allí, justo al lado de la entrada, una figura desconocida nos hace señas para que nos acerquemos.         A pesar de ser un grupo tan numeroso, todos somos capaces de entender claramente sus palabras cuando empieza a hablar. Su nombre es Pharah y es una druida, capaz de sentir los seres vivos y de comunicarse con ellos. Según dice, lleva un tiempo esperando a que alguien se atreviera a adentrarse en esta oscura cueva, motivada por la curiosidad de saber qué se encontrará al otro lado, pero asustada por la idea de tener que afrontarlo sola.         Ahora que un nuevo grupo de exploradores se atreve a emprender la aventura, Pharah se animará a acompañarlos y compartir sus habilidades. Para empezar, aportará todo su conocimiento sobre la cueva que han de atravesar.         Oscura, sin ninguna